El nombre de “avellana” proviene de la ciudad de Avella, región italiana de Campania, donde se cultivaba este árbol frutal. La avellana (Corylus avellana) es un fruto seco que cuenta con importantes beneficios y propiedades para la salud.
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La avellana es un fruto seco que se caracteriza por una alternancia productiva (tiene buen rendimiento un año y una menor producción el siguiente), por lo que los precios suelen tener una gran fluctuación, en especial influidos por la oferta turca.
La mayor parte de la cosecha mundial es comercializada sin cáscara, para uso en productos de chocolatería y pastelería. El resto, que no llega al 10%, es vendido con cáscara principalmente en la temporada de Navidad.
La avellana, además de ser consumida en crudo como snack, se puede consumir procesada: tostada, repelada, picada, o en polvo. Sin embargo, tiene un gran consumo como pasta de avellana para la industria confitera.
Las avellanas son esencialmente ricas en ácidos grasos omega 9, contienen un alto grado de vitamina E y vitamina B6, y minerales como hierro y calcio; además, suponen una verdadera fuente de proteínas y fibra. En su composición destaca también el ácido fólico, necesario durante la gestación para el desarrollo del feto, y zinc, elemento importante durante el desarrollo infantil.
Las avellanas se pueden consumir secas y tostadas (como aperitivo), y se utilizan habitualmente en dulces como turrones, pastas, bombones, recubiertas de chocolate, helados y también como ingredientes de salsas y rellenos en cocina. Las avellanas se emplean en productos como el muesli, ya que tienen un alto contenido en fibra y presentan menos carbohidratos que otros frutos secos.
De la avellana, además, se puede extraer aceite apto para el consumo alimentario, y molidas y machacadas pueden mezclarse con agua y azúcar para hacer una especie de horchata.
Del avellano, además, se hacen otros usos: la cáscara de la avellana se puede emplear para la obtención de combustible; sus hojas se utilizan también como alimento para el ganado; y su madera se destina para combustible (arde muy bien), y sobre todo para la construcción y decoración de todo tipo de muebles y utensilios.