Las pipas o semillas de girasol son el único producto nativo de Norteamérica que se ha convertido en uno de los cultivos mundiales más importantes, aunque su mayor producción se encuentra en Rusia, país donde comenzó la comercialización de la planta.
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Las pipas o semillas de girasol son el único producto nativo de Norteamérica que se ha convertido en uno de los cultivos mundiales más importantes, aunque su mayor producción se encuentra en Rusia, país donde comenzó la comercialización de la planta.
El girasol (Helianthus annuus) es una planta anual que produce la semilla en el centro de su flor. Se adapta muy bien a un amplio margen de temperaturas (desde 25-30ºC a 13-17ºC), y es poco exigente con el tipo de suelo, aunque necesita un buen drenaje.
La cosecha se realiza cuando la torta de la flor se ha inclinado por el peso de las semillas y la planta se ha marchitado; suele ser entre febrero y marzo en el Hemisferio sur o entre septiembre y octubre en el norte.
Las pipas son ricas en grasas poliinsaturadas, en minerales como fósforo, magnesio, zinc, hierro o potasio entre otros, en vitamina E y vitaminas del grupo B (como el ácido fólico) y son fuente de proteínas, carbohidratos y fibra. Destacan por sus propiedades antioxidantes. Además, aportan muchas calorías, por lo que son ideales para consumir en época de crecimiento y en momentos de gran actividad física.
Las pipas de girasol se comercializan tostadas, con o sin sal, con todo tipo de sabores, con cáscara o peladas, según el uso que se les vaya a dar: con cáscara como aperitivo y sin cáscara para uso culinario.