Los pistachos son las semillas de un pequeño árbol (Pistacia vera) originario de zonas áridas de Oriente Próximo y Asia Occidental. El alfónsigo, que es como se denomina al árbol del pistacho, es propio de áreas desérticas y suelo salino, y es resistente a condiciones extremas.
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Los pistachos son las semillas de un pequeño árbol (Pistacia vera) originario de zonas áridas de Oriente Próximo y Asia Occidental. El alfónsigo, que es como se denomina al árbol del pistacho, es propio de áreas desérticas y suelo salino, y es resistente a condiciones extremas: puede tolerar temperaturas mínimas de hasta -10 grados y máximas de 40 grados durante largos períodos de sequía.
El alfónsigo es una especie longeva, que puede llegar a alcanzar los 300 años, y no comienza a dar una cantidad considerable de fruto hasta los siete años de plantarse.
Existen muchas variedades de pistacho, que se clasifican tanto por su origen como por el color y tamaño de su semilla.
El pistacho es muy rico en aportes minerales como potasio, calcio, hierro y fósforo. Destaca su contenido en ácido fólico y es el fruto seco con más vitamina A. Su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados, monoinsaturados y ácido oleico contribuye a reducir el colesterol LDL. Contiene un gran cantidad de fibra y destaca además por su alto nivel proteico.
El pistacho se consume básicamente como snack, aunque también se emplea como ingrediente en confitería y pastelería, y como colorante alimentario.
Actualmente tiene una producción media anual que ronda las 500.000 toneladas, aunque las cifras son variables. Los principales países productores son Irán, con un 45% de la producción total mundial, Estados Unidos y Turquía, además de Siria, China, Gracia o Italia en menor proporción.
Alemania, España, Francia y otros países europeos son, por su parte, los mayores países importadores.